Al ser a la vez acogedor y relajante, el plaid se ha hecho un hueco en casa y se luce con orgullo sobre el sofá o en la habitación del pequeño. ¡Qué placer da acurrucarse por la noche en la suavidad de un falso pelaje, para ver la televisión o disfrutar de un momento de relax y mimos con tus hijos!
Pero, como todos los textiles del hogar, una manta acumula polvo, olores corporales, etc. todos los días, por no hablar de los inevitables pequeños accidentes que ocurren a diario, como derramar el café o que tu querido hijo se limpie las manos con ella mientras come chocolate.
¿Cómo limpiar una manta sin alterar su suavidad ni los dibujos que tanto te gustan? Todo depende del material con la que esté realizada tu plaid escocés: no se limpia igual un tejido de algodón que uno de lino o de piel sintética. No te asustes, hemos reunido algunos consejos de limpieza y cuidado para cada material, para que conserve sus colores y su belleza el mayor tiempo posible.
Consejos para cuidar tu manta escocesa
Cada día te sientes orgulloso de colocar sobre el sofá o en la cama tu precioso plaid con flecos y motivos orientales que con tanto cuidado has elegido. Pues bien, sin tener que esperar a que un rastro de comida o té manche tu manta, puedes cuidarla cada día con gestos muy sencillos.
¿Cómo limpiar una manta escocesa según su material?
Pasemos a la etapa de la limpieza. Es aconsejable lavarla unas 3 o 4 veces al año para preservar todas sus cualidades estéticas y su comodidad. Conviértelo en un ritual estacional: cada vez que cambie la estación, dale un repaso a tu tartán.
Las técnicas de limpieza difieren si es para materiales delicados, como la piel sintética y la lana, o materiales más fáciles de cuidar, como el algodón o el lino. Pero, en cualquier caso, lo primero que se debe hacer es consultar la etiqueta de la prenda, ya que proporciona información esencial sobre si se puede lavar a máquina, planchar o se debe limpiar en seco.
Aquí tienes nuestros consejos para lavar tu manta en función del material utilizado para su confección.
Lana
- Si te has enamorado de la suavidad y calidez de una manta de lana mohair, prepárate para darle a tu nueva compañera de sofá el máximo cuidado. La lana es un material delicado y lo ideal es que lo limpie un profesional.
- Si quieres hacerlo tú mismo, lávala solo a mano, sin sobrepasar los 30 grados, ya que esto hará que tu manta se encoja o se deforme. Déjala en remojo durante una hora sin frotar. Luego, aclárala y sécala desplegándola sobre una sábana, por ejemplo.
- Las manchas deben tratarse antes de lavarla y, como toque final, puedes planchar tu manta de angora, adaptando la plancha para prendas delicadas.
Piel sintética
- Las pieles de imitación y los plaids de vellón pueden lavarse en la lavadora con un programa delicado, a no más de 30 o 40 grados de temperatura. Utiliza tu detergente habitual, ya que no afectará a su lado suave y esponjoso.
- No recomendamos utilizar la secadora, preferimos secar en plano para evitar que la manta se deforme y se altere la suavidad de su material.
- Los plaids de piel y forro polar no necesitan plancha, basta con cepillarlos para darles volumen.
Lino
El forro polar de lino se puede lavar a máquina a 30 grados. Este material tiene la ventaja de volverse más suave con cada lavado, sin desteñirse. Evita escurrir demasiado fuerte y deja secar tu rectángulo de lino al aire libre.
Sintético
El sintético es muy fácil de cuidar y limpiar, ya que este material no se degrada con el tiempo. Debe lavarse en agua tibia con tu detergente habitual, al que puedes añadir un producto antiestático para evitar que se pegue a la piel la primera vez que lo utilices después del lavado.
Algodón
El algodón se limpia fácilmente en la lavadora, aunque hay que tener cuidado de adaptar la temperatura al color y al tejido: un plaid de algodón suave o de color no debe lavarse a más de 40 grados, mientras que con un tejido de algodón blanco puro puede alcanzarse los 90 grados.